• 13 MAR 17
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    Los radiólogos insisten en que las pruebas de rayos X en niños deben ser absolutamente necesarias.

    Los radiólogos continúan insistiendo en que las pruebas de rayos X en niños deben ser absolutamente necesarias, evitando aquellas que emiten radiaciones nocivas  (radiografías, TAC) y optimizando los protocolos de estudio. Por ello, varias asociaciones científicas, entre ellas la SERAM (Sociedad Española de Radiología Médica) han elaborado una lista de recomendaciones, ocho en concreto, que ya ha sido presentada ante el Ministerio de Sanidad.En la misma línea, más de 150 especialistas entre pediatras, radiofísicos y radiólogos se reunieron en Madrid este mes de febrero, para analizar y debatir las implicaciones que la nueva legislación de la UE sobre protección radiológica (Directiva 2013/59/Euratom) tendrá en la radiología pediátrica.

    Según esta Directiva, los Estados Miembros de la UE tienen hasta el 6 de febrero de 2018 para incorporar dicha Directiva a su legislación interna. Esta disposición determina que las pruebas médicas en niños son algo especial, por lo tanto se deben realizar con particular atención, utilizando equipos apropiados, comprobando las dosis de radiación y concretamente en aquellas que tienen dosis elevadas, como el TC (Tomografía Computarizada) y la radiología intervencionista, atendiendosiempre a los programas de garantía de calidad. Esta legislación establece criterios más estrictos en temas como la fijación de dosis de referencia en cada prueba, la necesidad de la misma y sobre la información que debe recibir cada paciente.

    La jefa del Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica de la Princesa de Madrid y ex presidenta de la Sociedad Española de Protección Radiológica (SEPR), María Luisa España ha determinado que “obtener una imagen apta para el diagnóstico con una dosis tan baja como sea posible, implica que no hay límite de dosis para el paciente, ya que cada paciente por sus características puede recibir una dosis de radiación diferente en un mismo procedimiento”.   Sin embargo, si que existen niveles de dosis de referencia para cada prueba, que dan una información sobre los valores dosimétricos habituales para una prueba de imagen.

    La responsable de asuntos Profesionales de la Seram, Gloria Gómez ha determinado que los exámenes de imagen tienen que adaptarse al niño, ya que con el mismo examen, un niño puede recibir hasta cuatro veces más radiación que un adulto, si no se realizan con la técnica adecuada. Gloria Gómez hace hincapié en que los niños son diferentes a los adultos, son más pequeños,  están en continuo crecimiento y sus órganos son más radiosensibles; tienen mayor esperanza de vida, con lo que van a estar expuestos a radiación en más ocasiones, teniendo más posibilidades de desarrollar un cáncer radioinducido. Por lotanto, considera que la imagen se debe conseguir utilizando la dosis más baja de radiación posible, siempre que sea necesario someterse a la misma, después de haber buscado otras pruebas alternativas sin radiación, como la resonancia magnética o la ecografía. La prueba tiene que estar siempre justificada y el beneficio debe ser mayor que el riesgo que puede causar. Así mismo apunta que, aunque los fabricantes de equipos han mejorado las herramientas de optimización de dosis en los mismos y los médicos están cada vez más sensibilizados y mejor orientados en medios de protección de rayos X en pediatría queda aún mucho trabajo por realizar, porque en la mayoría de ocasiones los hábitos de trabajo se adquieren con pacientes adultos.

    Los expertos insisten en que los protocolos técnicos deben ajustarse al paciente. En el caso de pediatría, es necesaria una atención especial, ya que no es lo mismo que se practique una prueba médica de estas características a un niño de quince años que puede parecerse más a un adulto que a un bebé de tres meses.

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