
La resonancia magnética una herramienta clave en la transformación del diagnóstico y tratamiento del cáncer de vejiga
Un reciente análisis impulsado por la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), publicado en la revista Radiología, subraya el potencial de la Resonancia Magnética vesical como técnica diagnóstica avanzada en pacientes con tumores vesicales. Más allá de su capacidad para detectar lesiones, esta modalidad podría mejorar significativamente la estadificación tumoral y la planificación terapéutica.
“Estamos ante un punto de inflexión en el manejo del cáncer de vejiga. La resonancia magnética permite una valoración más exacta del grado de invasión muscular, lo que repercute directamente en el tratamiento que recibe el paciente”, señala uno de los principales autores del estudio.
Un cambio de paradigma en el diagnóstico
Hasta ahora, las pruebas más habituales en el abordaje inicial han sido la ecografía y la tomografía computarizada (TC). La primera se emplea como método diagnóstico de entrada ante síntomas como la hematuria, mientras que la TC se utiliza en situaciones más complejas o cuando se busca evaluar estructuras como la vía urinaria superior o los ganglios retroperitoneales.
Sin embargo, la RM ofrece una ventaja diferencial: permite estimar la probabilidad de que un tumor haya penetrado la capa muscular de la vejiga, algo que resulta esencial para elegir entre una resección local o una cirugía más compleja como la cistectomía.
Clasificación Virads: precisión en la valoración muscular
Para ello, los especialistas se apoyan en un sistema conocido como Virads, que combina distintas secuencias de imagen (T2, difusión y contraste precoz) para clasificar la probabilidad de invasión muscular. Esta evaluación requiere equipos de resonancia de alta calidad y una correcta preparación previa del paciente.
“En muchos casos, las lesiones infiltrantes no se detectan de forma adecuada en las primeras fases, debido a limitaciones en las muestras tomadas por vía endoscópica. Esto puede llevar a un retraso en el tratamiento o incluso a una estrategia terapéutica insuficiente”, explican los especialistas.
RM para guiar biopsias y evitar tratamientos innecesarios
Una de las aplicaciones más relevantes de la resonancia de vejiga es la posibilidad de orientar de manera más precisa las zonas a biopsiar, especialmente en pacientes que aún no han sido sometidos a intervenciones previas. Además, permite reducir el número de resecciones transuretrales (RTU) necesarias, procedimientos que, aunque bien tolerados, no están exentos de riesgos.
“La RM puede ayudar a determinar de antemano si una lesión es superficial o invade capas más profundas. Esto no solo facilita una mejor planificación del tratamiento, sino que puede evitar exploraciones adicionales”.
Evaluación del tratamiento neoadyuvante: nace Nac-Virads
Además del diagnóstico inicial, la resonancia también está cobrando protagonismo en la evaluación de la respuesta a terapias neoadyuvantes en tumores invasivos. Para ello, se ha desarrollado una extensión de la clasificación original denominada Nac-Virads, orientada a valorar si el tratamiento ha logrado eliminar la infiltración muscular.
Este enfoque podría permitir ajustar los tratamientos en función de la evolución individual del paciente: desde mantener una vigilancia activa o aplicar tratamientos locales menos agresivos en pacientes que responden bien, hasta modificar la estrategia terapéutica en quienes no muestran mejoría tras los primeros ciclos.
Leave a reply →“El objetivo final es adaptar el tratamiento a cada paciente, evitando intervenciones mayores como la cistectomía si no son estrictamente necesarias, y reduciendo efectos secundarios innecesarios”, concluyen los especialistas.