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    Causas frecuentes de problemas digestivos en verano

    Causas frecuentes de problemas digestivos en verano

    El verano es sinónimo de descanso, viajes y comidas fuera de casa, pero también es una época en la que aumentan considerablemente los trastornos digestivos. Las altas temperaturas, los cambios en la alimentación y ciertas prácticas comunes durante las vacaciones pueden desencadenar una serie de molestias abdominales que, en algunos casos, requieren atención médica y pruebas de imagen para un diagnóstico preciso.

    A continuación, analizamos las causas más habituales de los problemas digestivos en esta época, cómo identificarlos, qué señales no debemos ignorar y qué herramientas diagnósticas pueden utilizarse para evaluar su origen.

    El impacto del calor en la digestión

    Durante los meses de calor intenso, nuestro cuerpo realiza un mayor esfuerzo para mantener su temperatura. Este cambio fisiológico puede afectar también al sistema digestivo:

    • Disminución del apetito: por el propio efecto del calor y la vasodilatación.
    • Retraso en la digestión: el cuerpo desvía parte de la energía y el riego sanguíneo hacia la piel, lo que puede ralentizar el proceso digestivo.
    • Deshidratación: puede alterar la motilidad intestinal, provocando estreñimiento o malestar.

    Todo ello contribuye a una mayor sensibilidad digestiva que se suma a los efectos de otros factores externos.

    Alimentación irregular o poco segura

    Cambiar los hábitos alimenticios es habitual en vacaciones: comemos fuera con más frecuencia, optamos por platos más grasos o dulces, picamos entre horas y, a veces, no seguimos rutinas adecuadas de conservación e higiene de los alimentos.

    Esto puede desencadenar:

    • Intoxicaciones alimentarias: por el consumo de alimentos mal refrigerados o contaminados, como mariscos, carnes, huevos o salsas.
    • Gastroenteritis virales o bacterianas: especialmente comunes en lugares turísticos con temperaturas elevadas.
    • Indigestiones: por comidas copiosas o mezclas excesivas de alcohol, grasas y azúcares.
    • Síntomas funcionales: como el síndrome de intestino irritable, que tiende a empeorar con la desorganización alimentaria y el estrés de los viajes.

    Aumento del riesgo de cálculos biliares

    Otro fenómeno característico del verano es el incremento de los episodios de litiasis biliar (piedras en la vesícula), provocados por:

    • Comidas ricas en grasas.
    • Deshidratación leve y sostenida.
    • Cambios bruscos de peso (como dietas rápidas antes del verano).

    Estas situaciones pueden dar lugar a cólicos biliares que se manifiestan con dolor abdominal intenso, especialmente después de comer.

    Enfermedades digestivas crónicas que empeoran con el verano

    Algunas patologías digestivas crónicas pueden verse agravadas en esta época del año:

    • Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn: los brotes inflamatorios pueden aumentar con el estrés, los viajes o el cambio de dieta.
    • Enfermedades hepáticas: el abuso de alcohol o determinados medicamentos pueden descompensarlas.
    • Reflujo gastroesofágico: comidas más especiadas, bebidas frías y cenas tardías pueden intensificar los síntomas.

    Señales de alarma: cuándo consultar al especialista

    No todos los problemas digestivos en verano son banales. Debes acudir a un especialista si presentas:

    • Dolor abdominal intenso o persistente.
    • Náuseas y vómitos prolongados.
    • Fiebre acompañada de diarrea.
    • Sangre en las heces.
    • Hinchazón abdominal que no cede.
    • Pérdida de peso inexplicada.

    Estos síntomas podrían indicar patologías serias que deben ser valoradas y diagnosticadas a tiempo.

    El papel de las pruebas de imagen en el diagnóstico digestivo

    Cuando hay síntomas digestivos persistentes o graves, los especialistas pueden solicitar pruebas de imagen como:

    • Ecografía abdominal: útil para detectar cálculos, inflamaciones, líquido libre, masas hepáticas o vesiculares.
    • TAC abdominal: ofrece imágenes detalladas en casos de apendicitis, pancreatitis, obstrucción intestinal o tumores.
    • RM abdominal: especialmente indicada cuando se necesitan imágenes de alta resolución sin radiación, por ejemplo, en enfermedad inflamatoria intestinal o evaluación del hígado y las vías biliares.
    • Tránsito intestinal o colon por TAC: en casos más complejos de diagnóstico.

    Estas herramientas permiten localizar el origen del malestar con rapidez y precisión, facilitando un tratamiento adecuado.

    Consejos para cuidar tu salud digestiva en verano

    1. Mantén una buena hidratación, incluso si no tienes sed.
    2. Evita comidas copiosas o muy grasas, especialmente durante el calor intenso.
    3. Lávate las manos y asegúrate de que los alimentos estén bien cocinados y conservados.
    4. No ignores el dolor persistente o los síntomas nuevos.
    5. Consulta a un especialista si el malestar no mejora en 48–72 horas.

    Cuida tu salud digestiva también en vacaciones

    El verano invita a relajarse y cambiar de rutina, pero no debemos olvidar que nuestro sistema digestivo también necesita cuidados. Presta atención a las señales de tu cuerpo, mantén hábitos saludables y no dudes en acudir a un especialista si aparece algún síntoma preocupante. Las pruebas de imagen modernas permiten detectar con rapidez el origen de muchas molestias, facilitando un tratamiento eficaz y evitando complicaciones mayores. Tu bienestar también merece un lugar en tu agenda estival.

     

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