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    Las mejoras en imagen ayudan a obtener un diagnostico más rápido y preciso

    Las mejoras en imagen ayudan a obtener un diagnostico más rápido y preciso

    En España el cáncer es un diagnostico que se ha vuelto muy común en los últimos años, en el caso de niños y adolescentes anualmente se  diagnostican cerca de 1.600 nuevos casos. Sin embargo, en las últimas décadas, el pronóstico de un niño con un tumor ha mejorado considerablemente y las cifras ponen de manifiesto que actualmente el 80% de ellos sobrevive Para mejorar estas cifras, «la lucha debe enfocarse en el diagnóstico y tratamiento precoz», señala el doctor Antonio Luna, radiólogo, director científico de HT (Health Time) y codirector del  Curso de Imagen Funcional y Molecular en Oncología Pediátrica, en cuya organización ha colaborado el grupo médico HT especializado en diagnóstico por imagen con el apoyo de Siemens Healthineers, entre otras entidades. Durante este curso, que ha reunido a expertos tanto nacionales como internacionales, se ha evaluado el papel de las tecnologías sanitarias por imagen para el tratamiento del cáncer en edad pediátrica, una patología muy diferente a la del adulto.

    Uno de los motivos que han ayudado a conseguir alcanzar las cifras han sido las mejores que se han producido en las técnicas de imagen, ya que estas han permitido obtener un mejor diagnóstico, elección del tratamiento y seguimiento de los pacientes. En esta línea, el doctor Luis Madero, jefe de Servicio de Oncohematología y Trasplante Hematopoyético del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, señala la relevancia que ha tenido la radiología pediátrica al indicar que «el diagnóstico inicial generalmente es radiológico» y además aporta una caracterización muy importante en los tumores pediátricos, «sobre todo en los tumores como linfomas o neuroblastomas», los más comunes en niños. Así, el radiólogo debe aportar «seguridad en el diagnóstico, precisión en la estadificación y monitorización del tratamiento para poder hacer cambios precoces que aumenten la supervivencia», indica este experto.

    La tecnología sanitaria aplicada a pacientes oncológicos pediátricos

    Que la experiencia del niño sea lo menos traumática posible y que se sientan cómodos es un objetivo importante de los radiólogos. «En los más pequeños, para evitar anestesias e intentar utilizar la menor sedación posible, requerimos de tecnologías que nos permitan hacer estudios muy rápidos, y cuya precisión en la imagen no sea sensible al movimiento, porque lógicamente hacer que un niño pequeño esté totalmente quieto es complicado», explica el doctor Pablo Caro, radiólogo pediátrico de Health Time en Sevilla.

    Uno de los avances más destacados es que las técnicas más modernas permiten  disminuir la cantidad de contraste necesario en las pruebas de resonancia, evitando tener que pinchar al paciente pediátrico, con la ventaja emocional que esto supone para un niño que tiene que acudir de manera frecuente al médico. Además, con estas secuencias sin contraste, como la difusión, permite a los especialistas observar cómo se comporta el tumor y conocer así cuales son más agresivos y cuales menos.

    Resonancia magnética, la mejor técnica para conocer la anatomía del tumor sin radiación

    Para la detección precoz de los tumores infantiles las técnicas utilizadas son la radiografía y la ecografía, nos indica el doctor luna. Por otro lado, en caso de detectar una masa tumoral, la opinión de los expertos coincide en que la mejor opción es la resonancia magnética, ya que es la tecnología de imagen más adecuada para clasificar si el tumor es benigno o maligno, el interrogante que más preocupa a los padres y a los especialistas. Otras de las características que sitúan a la resonancia magnética como la técnica de elección en estos casos es que aporta más detalles que otras sobre la anatomía del tumor, su relación con lo que tienen alrededor y su comportamiento, información fundamental para que médicos y cirujanos decidan el mejor tratamiento en cada caso.

    La radiación en este tipo de pruebas en pacientes pediátricos es otro de las cuestiones que, además de preocupar a los padres, suponen un reto clínico. «El hecho de que la resonancia magnética no tenga radiación es otra característica importante porque los niños se someten a controles cada tres, seis y doce meses, y es vital no radiarles durante toda su infancia porque tienen toda la vida por delante», señala el doctor Caro. En esta línea, las técnicas de imagen como la resonancia en pacientes pediátricos permiten conocer no solo el diagnóstico, sino «si el tumor sigue ahí, como ha respondido o si es necesario cambiar el tratamiento», concluye.

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