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    ¿Cómo se diagnostica la hernia discal dorsal o torácica?

    ¿Cómo se diagnostica la hernia discal dorsal o torácica?

    La hernia discal dorsal o torácica es la salida del material del núcleo del disco que hay entre las vértebras de la columna a nivel del tórax. Esta hernia se suele producir por desgaste (con la edad) o por un esfuerzo grande. Al contrario que la hernia discal lumbar y cervical que son más frecuentes, es muy poco común (un caso por cada millón de habitantes al año y con unas tasas de entre el 0,25 y el 0,75 por ciento de todas las hernias discales).

    Esta patología se diagnostica principalmente mediante Tomografía Axial Computarizada (TAC) o de Resonancia Magnética (RM), aunque también es posible diagnosticarla mediante exámenes neurofisiológicos para ver la situación de la función medular. Se trata de un proceso crónico después de mucho tiempo de evolución, pasando de un cuadro de dolor central o irradiando al costado hasta una comprensión medular progresiva. Es muy poco frecuente que se desate de forma aguda, sólo entre el 11 y el 14 por ciento de las hernias dorsales vistas a través de Resonancia Magnética podrían ser sintomáticas.

    Según datos de la Unidad de Neurocirugía RGS, en casos de hernia discal dorsal, la intervención quirúrgica está recomienda para los pacientes que no responden a las técnicas percutáneas para el dolor o para los que padecen una clínica de compresión medular y cuyas imágenes de TAC o RM muestran la hernia sin lugar a dudas, obteniendo muy buenos resultados en más del 90 por ciento de los afectados.

    Concretamente, la cirugía se lleva a cabo en pacientes que padecen dolor invalidante sin respuesta a técnicas conservadoras, como la infiltración percutánea, la analgesia o la rehabilitación; o cuando la comprensión medular progresa, con afectación nerviosa, sensitiva, motora o de la marcha.

    El profesor Rafael García de Sola (director de la Unidad de Neurocirugía RGS y del Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario La Princesa) ha explicado que esta patología tiene el riesgo de comprimir la médula, por lo tanto, se tiene que realizar una cirugía que extirpe la hernia discal y descomprima la médula al mismo tiempo.

    El especialista ha hablado sobre este procedimiento quirúrgico en el XIV Congreso Nacional de Neuroraquis, organizado por la Sociedad Española de Cirugía Vertebral y Medular y la Sociedad Española de Neurocirugía: “esta cirugía es es muy compleja y delicada, por lo que tiene que realizarse por equipos neuroquirúrgicos que tengan una tecnología muy avanzada, de última generación”. “El tratamiento quirúrgico de la hernia discal dorsal necesita de un TAC intraoperatorio y un neuronavegador, neurofisiología intraoperatoria y experiencia en cirugía a nivel de la columna torácica”, ha finalizado el experto.

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