• 04 FEB 22
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    La microcefalia se puede detectar a través de la resonancia magnética u otras técnicas de imagen especializadas a partir de la semana 16 de embarazo.

    La microcefalia se puede detectar a través de la resonancia magnética u otras técnicas de imagen especializadas a partir de la semana 16 de embarazo.

    La reciente emergencia de salud pública internacional decretada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) por el virus del Zika ha puesto en alerta a los servicios sanitarios de todo el mundo. Esta alarma ha sido activada por los abundantes casos de recién nacidos con microcefalia, vinculados a madres que han padecido el virus durante la gestación, sobre todo en Brasil.

    El virus Zika se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti, portador también del Dengue y del Chikungunya.

    La enfermedad que provoca el virus no es grave y de momento no ha causado muertes, excepto en el caso de mujeres embarazadas. Aunque aún se desconocen todos los efectos sobre el feto, se sabe que una vez que el virus atraviesa la placenta se multiplica en el cerebro del feto,  pudiendo provocar graves malformaciones como la microcefalia (el perímetro craneal es anormalmente reducido) o afecciones en el sistema nervioso  central similares a las que causan otros virus y que afectan a diferentes estructuras del cerebro como calcificaciones periventriculares, ventriculomegalia o alteraciones en la fosa posterior.

    A partir de la semana 16 de embarazo se puede presumir patología del sistema nervioso central en el feto, pero se desconoce cuánto tiempo pasa desde que la madre se infecta por el virus Zika hasta que éste atraviesa la placenta y pueden aparecer lesiones en el feto. Por lo tanto, aún no se sabe a partir de qué semana exactamente se podrían ver lesiones en el feto, en el caso de haberse producido la infección.

    Las alteraciones que puede producir el virus Zika en el cerebro del feto se pueden detectar mediante técnicas de imagen especializadas como la Resonancia Magnética, la ecografía de alta definición o la neurosonografía fetal. La primera prueba que nos puede hacer sospechar de malformaciones en el feto es la ecografía rutinaria. Si existen sospechas de que pudiera haber malformaciones se haría una Resonancia Magnética y una neurosonografía fetal.

    Si se confirmase el diagnóstico, el protocolo a seguir sería realizar una amniocentesis para intentar detectar el virus en el líquido amniótico. Si se confirmase y, habiendo detectado la Resonancia Magnética y la neurosonografía fetal afectaciones en el sistema nervioso central, el pronóstico postnatal del feto sería muy reservado.

    A continuación les indicamos los centros del Grupo Scanner Vizcaya donde pueden realizarse una resonancia magnética o una resonancia magnética abierta.

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