• 12 MAR 24
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    Cáncer de próstata : vigilar una posible recaída

    El cáncer de próstata se destaca como la forma más común de cáncer entre los hombres, una realidad subrayada por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Esta enfermedad se caracteriza por un crecimiento descontrolado de las células prostáticas, afectando principalmente a varones de avanzada edad.

    La importancia de la detección precoz de esta afección no puede ser subestimada. La Sociedad Americana contra el Cáncer enfatiza la utilidad de las pruebas de cribado para identificar el cáncer antes de que manifieste síntomas evidentes. La prueba sanguínea de Antígeno Prostático Específico (PSA) emerge como el método referencial, dado que mide los niveles de una proteína producida tanto por células prostáticas normales como cancerígenas.

    La medición del PSA en sangre, expresada en nanogramos por mililitro (ng/mL), juega un papel crucial. Aunque no existe un umbral específico que determine con absoluta certeza la presencia de cáncer de próstata, un aumento en los niveles de PSA puede señalar un riesgo elevado de desarrollar la enfermedad.

    La monitorización del PSA en sangre es esencial para el seguimiento de pacientes tratados previamente por cáncer de próstata. Un incremento en los niveles de PSA puede indicar la necesidad de realizar pruebas adicionales como la TAC, la gammagrafía ósea o la resonancia magnética para detectar posibles recidivas, aunque estas pruebas pueden no ser suficientes para identificar la enfermedad en etapas tempranas.

    La innovación en el ámbito diagnóstico ha permitido la introducción del PET-TAC con PSMA (antígeno de membrana específico de la próstata) en la práctica clínica, ofreciendo una detección muy precoz de recidivas, incluso cuando los niveles de PSA son inferiores a 0.5 ng/ml. Esta técnica ha demostrado ser superior a los métodos convencionales, abriendo la puerta a tratamientos más efectivos y novedosos.

    La evolución de los radiofármacos PET, especialmente con el uso del PSMA, ha revolucionado la capacidad para detectar recidivas a niveles muy bajos de PSA. Esta técnica no solo mejora la detección precoz sino que también, mediante la adición de moléculas radioactivas como el lutecio o el actinio, permite tratar las recidivas de forma localizada.

    Un análisis exhaustivo ha revelado que la detección temprana de recidivas mediante PET-TAC con PSMA tiene un impacto significativo en la estrategia terapéutica, alterando el tratamiento en uno de cada dos pacientes con recaída de cáncer de próstata.

    Es crucial que los hombres se sometan periódicamente a análisis de sangre para monitorear los niveles de PSA y asistan a las consultas recomendadas con urólogos u oncólogos. En este contexto, la asistencia regular a consultas especializadas se mantiene como un pilar esencial, especialmente en tiempos de pandemia, gracias a la implementación de protocolos sanitarios efectivos que garantizan la seguridad de los pacientes en los centros de salud.

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